El sueño de la razón produce monstruos
La imagen central del grabado
muestra a un hombre -intelectual, artista, pensador-, que yace recostado sobre
un escritorio junto a unos papeles de trabajo y unas plumas. Asumimos que esta
persona se encuentra dormida, después de trabajar arduamente en alguna tarea. O
bien, que se encuentra bajo el efecto de una crisis emocional de melancolía o
de la creatividad. La interpretación de un durmiente -que representa a la razón
como función intelectual en cuestión-, nos parece la más adecuada, sobre todo
si relacionamos esta idea con la frase al pie del grabado en un lado del
escritorio, que indica tal cosa; aunque, como veremos más adelante, no es una
frase simbólicamente transparente y, más bien, nos puede llevar a interpretaciones
contrapuestas, con resultados filosóficos e ideológicos distintos,
contradictorios o simplemente complejos.
El
Durmiente simboliza, en principio, a la razón que duerme. Los papeles de
trabajo y las plumas -algunas de ellas traídas por una lechuza- indican, con
gran certeza, que el Durmiente está empeñado en algún tipo de esfuerzo mental,
en algún problema a “reducir” por la razón, sea intelectual, artístico o
político. Y que, en un momento dado de este esfuerzo, el Durmiente fue vencido
por el cansancio. Entonces, al caer dormido, aparecen animales de la noche
-gatos, lechuzas y murciélagos-; que le rodean, y le contemplan desde su mundo
de sombras, al parecer amenazantes, aunque esto no es del todo exacto, ya que
también puede suponerse que vienen en su auxilio.
Desde el
punto de vista de la lectura que hacemos, el Durmiente puede ser presa de sus
monstruos al caer dormido; lo que es lo mismo, la razón puede ser atrapada por
los monstruos cuando pierde claridad o rumbo, cuando deja de ser razón. Por otro
lado, puede ser que estos monstruos -bajo la forma de las plumas traídas o
tomadas por la lechuza- vengan, al contrario, en ayuda del Durmiente como
fuentes de su creatividad. En este caso, a diferencia del anterior, la razón
recibe apoyo de los “monstruos” y de la “oscuridad”. De ese hecho obtiene su
“poder” y su “fuerza”. Una u otra interpretación resultan válidas como veremos:
la de unos monstruos se oponen a la razón, y la otra, según la cual razón y
monstruos colaboran entre sí, aunque la razón lo niegue y considere que su
reino solamente se impone bajo el auspicio del astro rey.
FRANCISCO DE GOYA
me gusta este tema, es curioso.
ResponderEliminar¡Excelente tema! He estado leyendo un libro que habla un poco de esto y de Da Vinci, es demasiado interesante.
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